En el barrio de Xonaca, entre las calles 22 Oriente y 15 Norte, un par de niños de apariencia desgastada llaman la atención de todo el que camina por esta zona. Ambos, con un rostro pálido y sonrisa contenida, permanecen de pie día y noche sobre un pequeño montículo forrado de azulejo mientras que diversos chorros de agua los mojan durante largos periodos. Sus nombres nadie los sabe, pero todos se refieren a ellos como la Fuente de los Muñecos.
Una leyenda muy poblana
Durante sus primeros años, el barrio de Xonaca, localizado a unas calles del Centro Histórico de la ciudad de Puebla, se le conoció como el refugio de la gente adinerada de México. Aquí se solían construir quintas o fincas que servían como casas de descanso para los más ricos. Por esta razón, fue llamado como el barrio de los catrines debido a sus acomodados habitantes.

En esta misma zona, el ex gobernador de Puebla, Maximiliano Ávila Camacho, hermano del presidente Manuel Ávila Camacho, contaba con una propiedad, la cual era administrada por un hombre que tenía dos hijos. Los pequeños, un niño y una niña, eran bien conocidos y queridos en el barrio y tenían fama de ser muy alegres y amables.

Un día muy lluvioso, los hermanos salieron de casa rumbo a la escuela. Ambos se protegían de la lluvia con una sombrilla además de que el niño, el cual era mayor, abrazaba a su hermana para protegerla del agua. Nadie supo lo que pasó después. Los niños desaparecieron y las búsquedas por parte de sus padres y los vecinos fueron inútiles.
Estatuas que cobran vida
Aunque algunos afirman que los niños pudieron haber caído a un pozo, no se sabe con exactitud que pasó con los pequeños hermanos. La trágica noticia llegó hasta oídos del gobernador quien, conmovido, decidió instalar una fuente y colocar la figura de dos niños que representaran a los desaparecidos.

Fue así como nació la famosa Fuente de los Muñecos, la cual se compone de un pedestal de azulejos de talavera que sostienen a los hermanos. Esta construcción, además de dar identidad al barrio, se ha convertido en objeto de leyendas e historias de terror. Algunos afirman que durante las noches, las figuras cobran vida y corren por las calles. Otros más, dicen haber escuchado risas y llantos que provienen de la misma fuente.

Algunos lugareños suelen comentar que los zapatos y las rodillas de los muñecos se ven sucias durante las mañanas. Hasta el día de hoy, la Fuente de los Muñecos continúa provocando historias y escenarios de terror que muchos se niegan a creer.
Foto de portada: lajornadadeoriente.com
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